La intención de estas líneas es la de compartir nuestros avatares, como podréis comprobar de la manera más desenfadada posible, por los caminos y sin ningún ánimo más allá del mero placer de dar a conocer nuestras vivencias. Esperamos que al menos os hagan aflorar una sonrisa, y si alguien se anima a salir a patear por este pequeño-gran mundo que es nuestra querida ASTURIAS y sus alrededores seguro que no se arrepentirá. Dejarnos vuestros comentarios, sugerencias o criticas para poder así ir mejorando día a día. Un saludo.

lunes, 13 de octubre de 2008

Cascadas del río Oneta

CASCADAS DEL RÍO ONETA

POR MAITE Y JAVIER



Lunes 13 de octubre de 2008, son las 08'15 h. de la mañana y no curramos, hace un día esplendido y mi niña se despierta con un ritmo y una marcha que alegran a cualquiera. Sale pitando a comprar el periódico y el pan y antes de que me de cuenta está en casa cantando y moviendo ese cuerpo hermoso que dios le dio.

Desayunamos y en un pis pas estamos preparando los bocadillos, unos figos, chocolatín, un rico café y a la ruta. Salimos a las 10 h dirección a Navia dejando un prometedor día en Oviedo que va empeorando a medida que nos acercamos a Avilés y que a nuestra llegada a Navia no cambia.

Sin llegar a entrar en la villa, tomamos a la izquierda el desvío que nos lleva a Villayón, tenemos la ría a la derecha y la papelera de ENCE, echa humo aunque hoy no huele mal. Enfilamos la carretera y unos kilómetros adelante encontramos El Pozu Oscuru



             


 Un pequeño salto de agua con su molino, o más bien lo que queda de el pues su estado es bastante lamentable y la muela que está delante de la puerta.

 Continuamos por la carretera adelante y dejando a nuestra derecha el embalse de Arbón llegamos a un cruce en el que a la izquierda tomamos dirección a Villayón y a la derecha nos indica que a 18 kilómetros tenemos la cascada de Mexica, nosotros tomamos el de la izquierda, Mexica será en otra ocasión.

La carretera cambia por completo, pasamos de buen firme a la típica carretera asturiana de montaña, estrecha y descarnada, aunque las vistas que tenemos del valle son privilegiadas. Empezamos a bajar y la sorpresa salta enseguida, a la izquierda y surgiendo de la montaña aparece otro salto de agua del que solo podems tener visión desde la carretera.

Tras un par de kilómetros llegamos al pueblo de Villayón, lugar en el que comienza la ruta, en estos menesteres son las 11'20 h. de la mañana, aparcamos el coche delante del bar y comenzamos la ruta. 

Inicio y fin: Pueblo de Oneta
Distancia: ±2'5 km, con un desnivel acumulado de al menos 350 metros
Dificultad: Fácil, aunque muy pindio
Terreno:Camino terrero

Señalización: Buena



        Discurrimos por el medio del pueblo, con construcciones típicas de la zona, piedra y pizarra, son todo casas de aldea con su ganado a la puerta y los tractores funcionando. Tras dejar la ultima casa a nuestras espaldas entramos en la caleya que nos conduce hacia las cascadas con gente segando en los prados que nos rodean, al poco encontramos la primera indicación SL.AS-5.

         Comienza el espectáculo del que mi nena me había hablado, ya siento el ruido del río Acebo, de los primeros saltinos de agua


    
        El nacimiento de la primera cascada llamada La Firbia está a los pocos metros de empezar la ruta, podemos ver la misma desde el inicio de su caída si tenemos un poco de precaución,


 aunque si queremos ver el espectáculo al completo tenemos que bajar un poco más, entre castaños y robles por una senda píndia aunque muy practicable



El sonido se percibe, y la cascada se entrevé por los claros del bosque,


 

y cuando llegamos a su base todo lo que mi niña me había contado se hace realidad ante mis ojos, la majestuosidad de ver la caída de agua de más de treinta metros en una poza que aun siendo otoño invita a bañarse en ella






         el entorno que nos rodea, castaños, robles y abedules, así como el silencio solo interrumpido por el batir del agua en su caída hacen del lugar un entorno idílico.

         Junto a esta primera caída de agua tenemos otro de los atractivos de la ruta que son los molinos


 que aprovechaban el discurrir del río Acebo para hacer mover sus muelas y triturar el grano

Photobucket

Dejamos atrás este primer espectáculo y enfilamos la senda que hay frente al molino, llana y bien marcada al principio (ojo con la cabeza en según que partes)


tol día faciendo comedia, con los pantalones arremangaos y con cara tar cagandose...


y con pequeños toboganes de agua que jalonan el camino y que prevén la próxima cascada



aunque la cosa se complica al poco, la pendiente es pronunciada y en algunos puntos difícil, mejor si nos acompañamos de un bastón ó palo que nos haga de freno. Todo ello se compensa una vez que llegamos al segundo salto La Firbia de Abajo ó La Ulloa


La seguridad de que el agua es clara y limpia es que hay "cabezones"
Con algo menos altura que La Firbia y pese a su complicado acceso, es menos bonita, pero de gran belleza, con otra poza para el baño para los que se atrevan a bajar y con buen tiempo será un buen lugar para refrescarse.

         Tras un breve receso para contemplar el lugar y echándole valor al tema nos aventuramos a intentar ver la tercera cascada La Maseirua, un trayecto duro e infructuoso ya que el "camino" nos impide el paso en un determinado momento, haciendo así que nuestra excursión concluya. Retornamos al punto de origen, con calma que ahora toca subir. 


DICEN QUE LA BELLEZA ESTA

 EN LOS OJOS DE QUIEN MIRA,

 PERO CUANDO LO QUE UNO VE 

ES PRECIOSO 

 NADA DE ALREDEDOR TE 

DISTRAE.
      

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