Bufones de Pría

BUFONES DE PRIA

POR MAITE Y JAVIER

            Domingo 16 de noviembre de 2008, al contrario que la semana pasada cuando no sabíamos a donde ir, esta lo tenemos claro, vamos a ir a Los Bufones de Pria. Iniciamos el día como es costumbre en nosotros con al go para ir tirando, “curasan”, bizcocho, pan, zumo y café, ya tenemos tapas para las potas y en perspectiva un engendro para ver la T.D.T. que con una cartilla regala MARCA, lo dicho para ir tirando.

            Hoy no hay bocadillos, vamos a comer fuera, la crisis nos afecta pero curramos durante toda la semana como cabr... para poder darnos algún homenaje, a las diez y media salimos dirección a Llanes y como masocas que debemos de ser ponemos no una charlatana, sino dos, que van todo el camino gire a la derecha, segunda salida en la rotonda, de la vuelta, la madre que lo parió que era de noche y no veía. Cuarenta y cinco minutos más tarde el eterno dilema nuestro de cada día, llegamos a un cruce y no sabemos muy bien hacia adonde tirar, pero como el que tiene boca llega a Roma, nosotros preguntamos y enseguida muy amablemente nos indican la ruta.

            Por fin llegamos a los Bufones si bien, como de antemano sabemos, no es el mejor día ya que la marea alta coincide a las 6 de la mañana y a las 6 de la tarde por lo que si lo unimos a que el mar está en “calma” el espectáculo nos tememos que tendrá que esperar para otra oportunidad

            Comenzamos nuestro paseo echando un vistazo a la Playa de Guadamía, cala que se forma entre los acantilados del área recreativa y los de Llames de Pria

aunque el aire no es muy fuerte se hace notar, sobre todo en los que somos “pelones”, así que mejor será que nos pongamos en marcha a ver si entramos en calor

            al frente tenemos la montaña y a escasos metros el acantilado, la diversidad del paisaje no puede ser mejor, el verde de la montaña y el azul de la mar, nosotros vamos a asomarnos un poco al paisaje de las alturas, vértigo nos da pero merece la pena

            la vista impresiona y eso que como antes mencionábamos la marea está baja y el mar en calma.

            Seguimos camino y nos acercamos al BRAMADORIU, la mayor oquedad de los bufones, el primer acercamiento lo hacemos por la zona del acantilado viendo el agujero desde el punto de vista de su magnitud

            aunque si lo vemos desde otro punto de vista, desde el interior la visión es diferente como si viésemos la campanilla en la boca de una persona

            Nos asalta una pregunta, ¿cómo estará de hueco el terreno por el que pisamos?, a cada paso nos encontramos con una nueva cavidad y todas ellas tienen un encanto diferente

se ven hasta sombras, ¿SERÁN LOS DUENDES DEL ABISMO?

En vista de que la mar no se pone de nuestro lado decidimos ir a comer y probar suerte por la tarde, aunque nos tememos que no la habrá.

Nos acercamos hasta Nueva de Llanes, en donde encontramos un pequeño bar en el que comemos unas parrochinas, una parrillada de carne, pimientos y champiñones y tarta de queso casera (estaba cojonuda), lo peor el café, parecía que estuviera hecho con el agua de fregar los platos y el serrín del suelo, puaggggg.

Con la barriga llena, hacemos un nuevo intento de ver salir el agua por los bufones, ciertamente la marea ha subido, pero no trae el suficiente ímpetu como para hacer que el agua aflore. No obstante pudimos comprobar la fuerza con la que salía el aire por dos pequeños agujeros, repletos de piedras por los graciosos de turno, que hicieron que nuestra ansia de volver se incrementase.

            La muestra de que soplaba es evidente, mi niña melena al viento tuvo que agarrarse para no salir volando.

            Como dicen en una película “volveré”, nosotros sin duda volveremos en cuanto tengamos la certeza de que la mar se nos mostrará con todo su esplendor.

De vuelta a casa hacemos una pequeña parada en la playa de Cuevas de Mar, a la que se accede a través de una “cueva-túnel” muy estratégicamente situada en la carretera

            No está nada mal el fin de jornada, nos llevamos un muy buen recuerdo del entorno, hemos pasado un día de caminata diferente a lo que  estamos acostumbrados. 

 UNO SE HACE VIEJO MUY PRONTO 

Y SABIO DEMASIADO TARDE,

JUSTAMENTE CUANDO “YA NO HAY TIEMPO”,

ESPEREMOS TENER

TIEMPO PARA MEJORAR,

    TIEMPO PARA COMPARTIR,

  TIEMPO PARA ENTENDER,

TIEMPO PARA REPETIR ESA EXPERIENCIA VIVIDA

    AUNQUE SEA IRREPETIBLE

   Y SOBRE TODO

    TIEMPO PARA PODER VIVIRLA

     CON LA PERSONA QUE AMAS.

Ruta del Alba o Foces del Llaimo

RUTA DEL ALBA O FOCES DE LLAÍMO

POR MAITE Y JAVIER

Inicio y fin: Soto de Agües

Distancia: ±14  km.  Ida y vuelta por el mismo camino.

Tiempo: Hay tanto que ver...
Dificultad: Facil 

Terreno: hormigón, pista, sendero...

Señalización: Buena

            Domingo 9 de noviembre de 2008, después de que el fin de semana pasado la lluvia nos impidiese salir a patear, hay ganas de quemar suela de bota. Tenemos pota nueva en la cocina que se llama (ya empiezo a desvariar), desayunamos cojonudamente un zumo, unos trozos de bizcocho y cafetín, la nena me echa de la cocina mientras prepara los bocadillos así que tendré que hacer la cama y preparar los bártulos.

En esas estamos cuando nos asalta una pequeña duda, donde vamos, aunque pronto se nos disipa, vamos a la Ruta Del Alba. Creemos tanto Maite como yo que la conocemos (al menos en parte) pero nunca está de más un recordatorio.

            Son las diez y media de la mañana cuando arrancamos camino de Sobrescobio, mas concretamente en busca del pueblo de Soto de Agües (pueblo ejemplar de asturias 2009) en donde aparecemos a eso de las once y diez, dejamos el coche en el amplio aparcamiento inicio de, cómo después comprobamos, 10 rutas de montaña, cogemos la mochila y a las 11’20h. iniciamos la ruta

            El inicio de la ruta  se hace a través de un camino, recientemente hormigonado y de muy bonita factura, pero que desluce un poco esta ruta considerada como Monumento Natural, y discurre paralela al río del mismo nombre. Lo primero con lo que nos encontramos es la piscifactoría del Río Alba en donde en vemos unos acebos repletos de frutos

            árboles que jalonan todo el camino y que con más o menos bolitas rojas dan idea de que los parajes por los que transitamos aún son respetados.

Seguimos caminando cuando al cabo de un kilómetro aproximadamente nos encontramos un antiguo cargadero de la abandonada mina de hierro Carmen situada en la loma de Pandanes, del que ahora son propietarios los árboles que nacen en sus huecos

 El transitar de este primer tramo del Valle de la Vega, antaño camino de pastores y arrieros que les llevaba al vecino concejo de Aller nos va deleitando con las primeras imágenes del río, que cargado de agua por las recientes lluvias enseña su fuerza en cada nuevo recodo. 

        

 A lo largo del camino nos encontramos con una serie de carteles explicativos de la flora, fauna, roquedos y demás que nos van introduciendo en el entorno más próximo y que con imaginación y paciencia intentamos buscar, adivinar, desentrañar e interpretar 

            También podemos cruzar el río, un primer puente nos permite hacer desde esta misma ruta una variante llevándonos al pueblo de San Andrés. Un segundo paso, cerrado en su final, muestra restos de lo que podría ser un refugio para ganado, al menos a la vuelta unas cabras (había otra de la parte de acá) estaban pastando libremente

 todavía un poco más adelante nos encontramos con una tercera opción, aunque no creo que sea muy recomendable hacer uso de este paso, si alguien se atreve

el camino nos muestra miles de estampas, todas ellas relacionadas con el agua que asoma por los poros de la tierra con surgencias y arroyando por pindias cuestas  

Aproximadamente en el quinto kilómetro de la ruta llegamos a la Braña de La Vega, donde existe una pequeña Área Recreativa, encrucijada de caminos que nos introduce directamente en el sendero de las Foces de Llaímo.

A partir de aquí el sendero discurre encajonado entre el río, que baja torrencial, y las altas paredes de cuarcita en las que se suceden cascadas de hasta diez metros de altura

    Cambia la fisonomía del sendero, pasando de la tierra a la piedra húmeda que nos hace tener que estar muy atentos a posibles resbalones

Estamos llegando al segundo de los puentes, el de La Resquiebra, y fin de la ruta, momento en el que nos encontramos sin duda alguna con el mejor espectáculo, aquí el agua baja con bravura y se precipita en forma de dos cascadas que impresionan por el ruido, embelesan por su majestuosidad y por la presencia de nuestro Nuberu particular (mirar justo encima de la cabeza de Maite en la roca)  

y si a todo eso unimos de nuevo la sonrisa de mi niña creo que no se puede pedir más en este mundo o sí que la barriga dice que es hora de comer y los bocatas que con tanto esmero hizo la nena están en la mochila, hay que descargar peso.

            Nos sentamos a comer en La Cruz de los Ríos, final de las Foces en donde encontramos un pequeño refugio y unas mesas en su rededor, tenemos a nuestra izquierda El Retriñón vértice de los concejos de Aller, Caso y Sobrescobio y sobre el que planean majestuosos un buen montón de buitres, (coño a ver si van a ver los bocatas de chorizo criollo y de bacón, queso y lomo que estamos comiendo o bajan a tomar el café con nosotros), y al frente los hayedos del Llaímo

            Después de comer, disfrutar del paisaje que a nuestros ojos se nos fué abriendo y de lo más bonito ver como en innumerables ocasiones Maite sonreía con la naturalidad de quien tiene un alma limpia, reemprendemos la marcha en dirección a Soto no sin antes volver a saborear alguno de los parajes por los que discurrimos a lo largo del día

            Llegamos al coche a eso de las cuatro y cuarto de la tarde con un buen sabor de boca y con algún que otro dolor propio de los quince días que llevamos sin hacer este tipo de ejercicio y con lo que para mi es lo más importante, ver la cara de mi niña y 

LA SONRISA ES COMO LA LUZ 

EN LA VENTANA DEL ALMA,

INDICA QUE EL CORAZÓN ESTÁ EN CASA.