La intención de estas líneas es la de compartir nuestros avatares, como podréis comprobar de la manera más desenfadada posible, por los caminos y sin ningún ánimo más allá del mero placer de dar a conocer nuestras vivencias. Esperamos que al menos os hagan aflorar una sonrisa, y si alguien se anima a salir a patear por este pequeño-gran mundo que es nuestra querida ASTURIAS y sus alrededores seguro que no se arrepentirá. Dejarnos vuestros comentarios, sugerencias o criticas para poder así ir mejorando día a día. Un saludo.

domingo, 7 de diciembre de 2008

Foces del río Pendón



FOCES DEL RÍO PENDON

POR MAITE Y JAVIER


Inicio y fin: Fuensanta
Distancia: ±10 kilometros
Dificultad: Baja
Terreno :Sendero
Señalización: Buena

            Domingo 7 de diciembre de 2008, tras tres semanas sin que el tiempo nos dejase salir a embarrarnos, por fin nos da una tregua y como buenas cabras tiramos pal monte, un poco “escagalurciaos” todo hay que decirlo, pero con animo renovado.

            Con la destreza habitual en la Nena en un pis pas prepara unos bocatas, de choricín criollo y de bacón con queso, cafetín, bizcocho y una aportación que yo quise hacer por sorpresa y que resultó ser un pringue total, tarta de tiramisú, aunque dimos buena cuenta de ella.

            A eso de las 10’30 h., con un tiempo indeciso entre salir el sol o ponerse a llover, salimos en dirección a Nava, más concretamente hacia la fabrica embotelladota de Fuensanta, al pie de la cual empieza la ruta que hoy nos propusimos hacer, son las 10’55 h. cuando nos enfrentamos a las primeras rampas del recorrido


tras pasar el puente sobre el río Pra (parece el titulo de una película) cogemos el desvío de la izquierda y comenzamos a subir por una pista hormigonada que a los pocos metros nos propone dos recorridos, a la derecha hacia al Tableu y a la izquierda hacia Los Fornos, nosotros optamos por esta segunda opción como así nos lo indica el papel que llevamos. La pista es “pistonuda” y hace que nos sobre el abrigo antes de llegar a la campera de Los Fornos aunque la vista de castaños centenarios aplaca un poco el calentón


ya con casi 200 m. de altitud ganados empezamos a disfrutar de hermosas vistas del entorno y de la pista que, tallada en la roca, se vislumbra a nuestra derecha


            Junto al abrevadero, cruzamos una pequeña campera, pasamos una portilla (que quien la diseño debía de ser como un espagueti) y nos metemos de lleno en el desfiladero que nos lleva hasta el puente de Pendón. El río discurre encajonado a nuestra izquierda y la altura a la que nos encontramos con respecto a él ya empieza a ser considerable.



            A medio camino nos encontramos con una sorpresa, fruto de las lluvias caídas durante los anteriores días





alguien no se duchó en casa vino a ducharse a la cascada y consiguiólo



            Seguimos adelante y tras unos cuantos recodos en el camino nos damos cuenta de que el río ha ido ganando altura y se encuentra a nuestro nivel, estamos en Les Mecedures,



lugar en el que hay una captación de agua. El camino nos señala unos escalones tallados en la piedra, aunque también hay un estrecho y resbaladizo camino con un cable a la derecha para que podamos agarrarnos, la nena escoge el primer camino (el fácil, no es tonta) y yo por el estrecho, a la aventura, nos adentramos en lo más intrincado de Las Foces donde el camino se vuelve más angosto y embarrado, los árboles caídos nos dan idea del paso del tiempo 





Cruzamos hacia la izquierda por el puente de madera, las dos riegas se unen en este punto, la del Pendón por la izquierda y la del Bomalu por la derecha.


 Nos volvemos a adentrar en el bosque de hayas, castaños, robles y acebos para en un momento volver a cruzar la riega del río Bomalu, que baja cargado, por el Puente Pendón a partir de donde cogeremos el antiguo camino de La Canal, por el que se carretaba la hierba desde los prados de Pendón hasta los pueblos de Buyeres y Ovín.

Camino “pindio y empedrao” en el que tras múltiples revueltas vamos ascendiendo, entre habitantes de la zona y bellos paisajes , hacia el Collau de La Canal, punto álgido de la ruta







            en este punto y gracias a una oportuna y lejana lluvia se nos ofrece una vista maravillosa del Mayau Pastor cruzado por el Arco Iris




La zona está plagada de cabañas ganaderas y elegimos una de ellas para a su abrigo comer las viandas tan amorosamente preparadas por la nena esa mañana

     
        
Tras dar buena cuenta de los bocatas y con un cafetín reparador entre pecho y espalda reemprendemos la marcha, dejando a nuestra izquierda Entresierres,  por el camino carretero que nos lleva a la Fuente del Faéu desde donde se empieza a divisar ya la comarca de la sidra, y donde nos desacemos un poco del barro acumulado en las botas.

            Seguimos bajando por Los Xerrapos hasta llegar al Llano del Tabléu, lugar en que salen a nuestro encuentro una ”jauría de feroces perros”







 aunque despues de un primer ataque...





ya no parecen tan feroces.  

            Ya solo nos queda una pequeña subida hasta La Villorita, desde donde contemplamos en todo su esplendor Gradátila, Piloñeta, Ovín, Oméu, el Valle del Prá y el de Fuentesanta, para empezar a bajar en dirección al punto desde el que hace unas cuatro horas iniciamos esta andadura.

            Vamos de barro hasta las orejas, pero con una sonrisa que nos llega de una a otra y con al cansancio rico no de estar sentados todo el día en el sofá, que también es bueno, sino con el de haber conocido un nuevo paraje de nuestra hermosa tierra y el cual creemos muy recomendable.


        ALGUIEN DIJO UNA VEZ QUE HABÍA 

QUE DECIR A LOS QUE AMAS

 QUE REALMENTE LOS AMAS 

Y EN CUALQUIER OPORTUNIDAD, 

Y QUE LA VIDA NO SE MIDE 

POR EL NUMERO DE VECES QUE

RESPIRASTE, 

SINO POR LOS MOMENTOS 

EN LOS QUE EL CORAZÓN 

TE PALPITO MÁS FUERTE 

DE TANTO REÍR, 

DE SORPRESA, 

DE FELICIDAD, 

DE ÉXTASIS 

Y SOBRE TODO 

DE 

QUERER SIN MEDIDA.

domingo, 16 de noviembre de 2008

Bufones de Pría

BUFONES DE PRIA
POR MAITE Y JAVIER

            Domingo 16 de noviembre de 2008, al contrario que la semana pasada cuando no sabíamos a donde ir, esta lo tenemos claro, vamos a ir a Los Bufones de Pria. Iniciamos el día como es costumbre en nosotros con al go para ir tirando, “curasan”, bizcocho, pan, zumo y café, ya tenemos tapas para las potas y en perspectiva un engendro para ver la T.D.T. que con una cartilla regala MARCA, lo dicho para ir tirando.

            Hoy no hay bocadillos, vamos a comer fuera, la crisis nos afecta pero curramos durante toda la semana como cabr... para poder darnos algún homenaje, a las diez y media salimos dirección a Llanes y como masocas que debemos de ser ponemos no una charlatana, sino dos, que van todo el camino gire a la derecha, segunda salida en la rotonda, de la vuelta, la madre que lo parió que era de noche y no veía. Cuarenta y cinco minutos más tarde el eterno dilema nuestro de cada día, llegamos a un cruce y no sabemos muy bien hacia adonde tirar, pero como el que tiene boca llega a Roma, nosotros preguntamos y enseguida muy amablemente nos indican la ruta.

            Por fin llegamos a los Bufones si bien, como de antemano sabemos, no es el mejor día ya que la marea alta coincide a las 6 de la mañana y a las 6 de la tarde por lo que si lo unimos a que el mar está en “calma” el espectáculo nos tememos que tendrá que esperar para otra oportunidad


            Comenzamos nuestro paseo echando un vistazo a la Playa de Guadamía, cala que se forma entre los acantilados del área recreativa y los de Llames de Pria



aunque el aire no es muy fuerte se hace notar, sobre todo en los que somos “pelones”, así que mejor será que nos pongamos en marcha a ver si entramos en calor



            al frente tenemos la montaña y a escasos metros el acantilado, la diversidad del paisaje no puede ser mejor, el verde de la montaña y el azul de la mar, nosotros vamos a asomarnos un poco al paisaje de las alturas, vértigo nos da pero merece la pena





            la vista impresiona y eso que como antes mencionábamos la marea está baja y el mar en calma.

            Seguimos camino y nos acercamos al BRAMADORIU, la mayor oquedad de los bufones, el primer acercamiento lo hacemos por la zona del acantilado viendo el agujero desde el punto de vista de su magnitud


            aunque si lo vemos desde otro punto de vista, desde el interior la visión es diferente como si viésemos la campanilla en la boca de una persona


            Nos asalta una pregunta, ¿cómo estará de hueco el terreno por el que pisamos?, a cada paso nos encontramos con una nueva cavidad y todas ellas tienen un encanto diferente





se ven hasta sombras, ¿SERÁN LOS DUENDES DEL ABISMO?


En vista de que la mar no se pone de nuestro lado decidimos ir a comer y probar suerte por la tarde, aunque nos tememos que no la habrá.

Nos acercamos hasta Nueva de Llanes, en donde encontramos un pequeño bar en el que comemos unas parrochinas, una parrillada de carne, pimientos y champiñones y tarta de queso casera (estaba cojonuda), lo peor el café, parecía que estuviera hecho con el agua de fregar los platos y el serrín del suelo, puaggggg.

Con la barriga llena, hacemos un nuevo intento de ver salir el agua por los bufones, ciertamente la marea ha subido, pero no trae el suficiente ímpetu como para hacer que el agua aflore. No obstante pudimos comprobar la fuerza con la que salía el aire por dos pequeños agujeros, repletos de piedras por los graciosos de turno, que hicieron que nuestra ansia de volver se incrementase.


            La muestra de que soplaba es evidente, mi niña melena al viento tuvo que agarrarse para no salir volando.

            Como dicen en una película “volveré”, nosotros sin duda volveremos en cuanto tengamos la certeza de que la mar se nos mostrará con todo su esplendor.

De vuelta a casa hacemos una pequeña parada en la playa de Cuevas de Mar, a la que se accede a través de una “cueva-túnel” muy estratégicamente situada en la carretera


            No está nada mal el fin de jornada, nos llevamos un muy buen recuerdo del entorno, hemos pasado un día de caminata diferente a lo que  estamos acostumbrados. 

 UNO SE HACE VIEJO MUY PRONTO 
Y SABIO DEMASIADO TARDE,
JUSTAMENTE CUANDO “YA NO HAY TIEMPO”,
ESPEREMOS TENER
TIEMPO PARA MEJORAR,
    TIEMPO PARA COMPARTIR,
  TIEMPO PARA ENTENDER,
TIEMPO PARA REPETIR ESA EXPERIENCIA VIVIDA
    AUNQUE SEA IRREPETIBLE
   Y SOBRE TODO
    TIEMPO PARA PODER VIVIRLA

     CON LA PERSONA QUE AMAS.